Jóvenes peregrinos de todo el mundo, que se cuentan ya por decenas de miles, han llegado a Madrid para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), aunque algunos lamentan que "sólo una parte de la juventud y no toda ella" vaya a recibir al Papa el jueves.
Desde primera hora de la mañana, grupos de participantes en la JMJ 2011 recorren a pie el madrileño Paseo de la Castellana, por donde circulan también autobuses abarrotados de peregrinos y con destino al centro de la ciudad, más concretamente a la Plaza de Cibeles, uno de los escenarios principales de la Jornada.
También el metro presentaba esta mañana un aspecto más concurrido, con grupos de jóvenes que, enarbolando banderas de sus países, de España o del Vaticano, se dirigían también hacia el centro.
En su paseo por la ciudad, los peregrinos no paran de cantar, de hacer fotos y de intercambiar impresiones con otros participantes, mientras en una mañana de mucho calor hacen tiempo para asistir esta tarde en Cibeles, a las 20.00 horas, a la misa que oficiará el cardenal Rouco Varela y que servirá como apertura de la JMJ.
Hasta que llegue esa hora, muchos aprovecharán la jornada para visitar los centros comerciales en los que adquirir alguno o algunos de los muchos objetos de "merchandising" -camisetas, gorras, gafas de sol, abanicos, fotos del Papa, banderas...- que darán colorido a los actos que Benedicto XVI presidirá a partir del jueves y hasta el domingo.
Aunque se hospeda en casa de unos amigos, Marisa, de Bilbao, espera vivir estos días con "la misma intensidad" que lo hagan aquellos que han encontrado alojamiento en colegios, institutos u otras instalaciones públicas, y lamenta que haya creyentes que no puedan participar en la JMJ "por la crisis o porque tengan que trabajar".
Janet, de Miami, espera en la estación de tren de Chamartín la llegada de unos amigos, también peregrinos. Se siente "encantada" de visitar un país "de mayoría católica", afirma en conversación con Efe.
En este siempre concurrido lugar que es la estación de Chamartín la organización de la JMJ ha instalado un punto de información para recibir a los peregrinos que lleguen en tren, a los que se hace entrega de una completa guía sobre Madrid y los actos programados hasta el domingo.
"Me encanta -añade Janet- el intercambio cultural y compartir experiencias con jóvenes de todo el mundo".
Estela, catalana de 22 años, posa para la foto con las torres inclinadas de la Plaza de Castilla a su espalda. Lleva un gorro naranja, que la protege del sol y que le ha proporcionado la organización de la JMJ, en mochila como otras cientos de miles repartidas entre los peregrinos y que contiene, entre otras cosas, un rosario, un catecismo para jóvenes y una medalla de la Virgen de la Almudena, patrona de la ciudad de Madrid.
"Estoy muy feliz de estar aquí y ansiosa por oír lo que el Papa tiene que decirnos. Me gustaría que viese que los jóvenes todavía tenemos fe", comenta esta joven.
Un grupo de unos cincuenta jóvenes descansan a la sombra en un parque infantil junto a la Plaza Castilla, mientras cantan, tocan la flauta y saludan a otros peregrinos que pasan por allí.
Ana María, peruana, ha madrugado para ver "todo lo posible" de Madrid. De la JMJ espera "aprender más sobre cómo parecerse a Jesús".
Otro grupo de peregrinos, en este caso italianos, caminaba en dirección al estadio Santiago Bernabeu, uno de los puntos de la ciudad más concurridos por los peregrinos que aprovechan el día para hacer turismo.
Envuelto en una bandera italiana, Marco asegura que lo que más ilusión le hace es "conocer a otros chicos y chicas que sienten la fe y con los que comparto un modelo de vida".
Andrés ha volado desde Buenos Aires para participar en la JMJ, y aunque en la treintena dice sentirse ya "un poco mayor" para asistir a este evento, está satisfecho de que la JMJ se celebre en Madrid y la próxima en Río de Janeiro.
"Por el momento, la recepción ha sido fantástica. Hay un ambiente muy padre (sic), de compartir y celebrar, ni siquiera me importa el calor, es un descanso del invierno austral", cuenta mientras hace ondear una bandera argentina.
Pilar, de Navarra y que se hospeda en un instituto público del norte de Madrid, considera que, por el momento, todo está "muy bien organizado". A primera hora de la mañana ha participado en una reunión de peregrinos para programar las actividades del día.
¿Qué opináis de esto?¿Es justo que jóvenes en todo el mundo se "rebelen" contra derechos como el aborto, el matrimonio homosexual o el uso de anticonceptivos?¿Creéis que ellos son así y son puros y castos, o que son unos falsos? ¡Comentad!